El consumo colaborativo implica la interacción de dos o más personas para satisfacer las necesidades mutuas. Esta actividad genera un cambio cultural y económico derivando a modelos de consumo potenciados por medios sociales y otras plataformas.

Algunos ejemplos son el uso de coche compartido, el alquiler de vivienda entre particulares y en el ámbito de la mensajería, el crowdshipping. 

El crowdshipping se basa en personas que utilizan las redes sociales o plataformas para colaborar y compartir bienes y servicios. Consiste, por ejemplo, en que una persona aproveche un trayecto rutinario y lleve un paquete a otra que se encuentra en su camino a cambio de una retribución o compensación. ¿Qué opinas de esta solución?

Es un modelo de negocio que depende de la confianza mutua, como cualquier rama de la economía colaborativa, de la que nacen relaciones más cercanas y redes vecinales más cohesionadas, así como un mayor sentimiento de pertenencia.

Los beneficios son una opción de entrega en la última milla más sostenible, eficiente y ecológica, pues reduce significativamente el tráfico en las ciudades y centros urbanos, así como la emisión de gases contaminantes.

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